Las organizaciones sin ánimo de lucro (OSAL) comparten un objetivo común: ayudar a crear un mundo mejor. Sin embargo, en esa ardua tarea de apoyar a distintas causas para que las personas con más dificultades salgan adelante, es necesario que poco a poco evolucionen y vayan realizando la transformación necesaria para adaptarse al cambio constante que vivimos en la actualidad. Como bien dijo una vez el novelista ruso Alexei Tolstoi “todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”. Y es cierto, en muchas ocasiones es necesario detenerse por un momento, revisar los aspectos propios que no funcionan, para después mejorar y continuar nuestro camino. Continuar leyendo